lunes, 29 de septiembre de 2025

Miguela, compañera...

Miguela, te acabas de separar de nosotros por un instante para que veamos tu grandeza, para que tengamos la capacidad de reconocer la dimensión de tu holgura y la inmensidad de tu abrazo. 

¡Qué privilegio haber podido tenerte cerca! ¡Qué orgullo saber que podemos llamarnos eternamente compañeros! ¡Qué lujo disfrutar de tu alegría! ¡Qué emoción vivir tu energía valiente y contagiosa!

Solo pido a nuestros dioses que tengamos la suerte de saber sentirte siempre en la memoria, y que cada vez que leamos un verso, cada vez que cantemos a voz en grito, cada vez que brindemos, tengamos la fe que tú tenías en la vida y en el amor a los demás.

Miguela, compañera. Siempre.